La menopausia se define como un cese permanente de la menstruación como resultado de la pérdida irreversible de la función ovárica. Se acompaña de infertilidad y una disminución de los niveles de estrógeno, que son las principales hormonas producidas por el ovario. En el período post-menopàusic se ha observado un mayor riesgo de padecer algunas enfermedades como la osteoporosis, la enfermedad cardiovascular, el síndrome metabólico y la diabetes.
Se ha observado que la edad de la menopausia precoz es más en mujeres con diabetes que en la población general, aunque este hallazgo no ha sido constante. Tampoco esta bien establecida si la diabetes modifica la intensidad y la duración de los síntomas asociados con la menopausia. Pero a veces la llegada a la menopausia hace que algunas mujeres con diabetes se relacionen con dificultad para distinguir los síntomas de hipoglucemia con síntomas vasomotors (sudoración, rubor, palpitaciones cardíacas) de esto, causando un aumento en el uso inadecuado de la ingesta de carbohidratos que pueden inducir a la hiperglucemia y, si es reiterativo, a un aumento progresivo del peso a largo plazo. Si por el contrario, una hipoglucemia se equivoca y se confunde con los síntomas de la menopausia, el retraso en el tratamiento pondría en riesgo al paciente. Por esta razón, las mujeres que tienen dificultad para identificar los síntomas, deben aumentar el número de autocontroles.
Uno de los aspectos que más se ocupan del inicio de la menopausia es el aumento de peso, pero esta asociación no está bien establecida. Los estudios que han evaluado a las mujeres desde antes del inicio de la menopausia hasta el periodo post-menopàusic no han podido probar un efecto adicional del envejecimiento.
Composición corporal si sufre un cambio con el inicio de la menopausia, dando como resultado un aumento en la cantidad total de grasa corporal y un cambio en la distribución de este, así como una disminución en la masa muscular. La grasa localizada en las caderas y los muslos disminuye a menudo mientras que está situado en la región abdominal aumenta, que aumenta el alcance de la cintura. Este aumento de la grasa intrabdominal se ha vinculado a un enganche en la acción de la insulina, alteraciones en el metabolismo de la glucosa y en los lípidos y en estudios epidemiológicos a un mayor riesgo cardiovascular. Por esta razón, el riesgo cardiovascular en las mujeres aumenta de una manera más marcada después de la menopausia.
Sin embargo, cabe señalar que las mujeres que mantienen una actividad física regular después de la menopausia no muestran cambios significativos en el perfil metabólico ni en el patrón de distribución de la grasa corporal en comparación con lo que teníamos antes para llegar a la menopausia. Por lo tanto, es muy recomendable mantener una actividad física regular después de la menopausia para reducir el riesgo cardiovascular.
Aunque epidemiològicament se observa una asociación entre la diabetes y el período post-menopàusic, el efecto de que la menopausia es difícil separar el efecto de la edad y el peso corporal es el más claramente implicado. Por lo tanto, como la edad no es un factor que esta a nuestra disposición para poder modificar, un estricto control del peso corporal parece ser la mejor arma que tenemos para disminuir el riesgo de diabetes en este tiempo de vida.
En Resumen, la edad de presentación y los síntomas de la menopausia no parecen ser diferentes en las mujeres con diabetes que en la población general. Pero debemos tener en cuenta que algunas mujeres con diabetes pueden necesitar intensificar el control si tienen dificultad para distinguir los síntomas de los trastornos vasomotors de hipoglucemia.
Por otro lado, el control del peso corporal y la actividad física regular son la mejor arma para prevenir la aparición de la diabetes.