La nutrición y la alimentación es la ciencia médica que estudia la alimentación y su relación con la salud. La nutrición tiene una relación coordinada y funcional con nuestro cuerpo sin el cual la vida no sería posible. Actualmente, la disciplina de la nutrición y la alimentación está estrechamente vinculada al concepto de globalización que en el mundo occidental se traduce en un exceso de alimentos, pero también en una mayor homogeneización de estos alimentos. El campo médico de la nutrición y la alimentación se encarga de muchos aspectos tanto físicos como mentales, como el bienestar preventivo y terapéutico. La ciencia médica de la nutrición no es sólo para mantener un peso óptimo para cada edad. La nutrición y los alimentos se ocupan también de la composición y la distribución de la grasa corporal, y de cómo los alimentos afectan a las funciones de los sistemas como el hígado, el riñón, los factores de riesgo digestivo o cardiovascular ( presión arterial, colesterol, triglicéridos, glucosa, insulina, etc.) Las diferentes etapas de la vida tienen requerimientos nutricionales específicos que se relacionan con el bienestar real y también tienen que ver con la salud futura. En el caso de los niños, cada etapa de crecimiento y maduración tiene requerimientos nutricionales para producir un desarrollo físico e intelectual, correcto. Una distribución y una correcta composición de la dieta evitan situaciones de obesidad pero también tienen que garantizar una correcta aportación de nutrientes para el crecimiento y rendimiento escolar. Las actividades deportivas, el embarazo, la lactancia materna o la menopausia también son etapas particularmente importantes en las que el aporte y el equilibrio nutricional adecuado pueden tener implicaciones en la salud tanto de la madre como del bebé o del deportista. Otro fenómeno muy importante que hay que tener en cuenta desde el punto de vista nutricional, es el envejecimiento. Cada vez es más estudiado que lo que comemos tiene un efecto sobre el envejecimiento y la esperanza de vida, y que una dieta correcta tendrá efectos para aumentar tanto el número de años de vida como su calidad. Debemos tener en cuenta que puede producir marcos de desnutrición cuando la cantidad de alimentos ingeridos es insuficiente para satisfacer las necesidades nutricionales, dependiendo de la edad, sexo y tipo de actividad que se haga. La ciencia médica de la nutrición y la alimentación tiene un segundo campo de acción importante que es lo que se ocupa de las personas que tienen algún problema de salud. La hipertensión arterial, la hiperglucemia, la obesidad en todos sus grados, las enfermedades que afectan la intolerancia de algunos alimentos, como la enfermedad celíaca y las alergias alimentarias, son ejemplos bien conocidos. Los signos o síntomas en diferentes niveles también pueden hacernos pensar que nuestra entrada nutricional es incorrecta o desequilibrada. Un ejemplo sería la alopecia, especialmente en el sexo femenino, o signos de atrofia o piel seca, problemas de uñas, etc. Además, los problemas óseos pueden tener un apoyo nutricional específico para mantener una composición corporal adecuada y mejorar los síntomas. Los estilos de vida actuales y los factores ambientales (sedentarismo, exceso de Alimentos precocidos, aumento del consumo de grasas y proteínas animales, baja ingesta de fibra, etc.) pueden promover situaciones de desequilibrios nutricionales en el mundo occidental conducen casi siempre en la obesidad y todas las consecuencias que conlleva (cardiopatía, diabetes, disminución de la expectativa de vida, etc.). La obesidad también se debe en muchos casos a situaciones de abandono del hábito de fumar parado. El control nutricional en esta etapa es muy importante tanto para controlar la dependencia de la reeducación alimentaria, como para evitar comportamientos compulsivos de comer en exceso. Por esta razón es muy importante que la nutrición sea el eje en el que podamos actuar para lograr una buena salud gracias a un equilibrio de componentes dietéticos. Así, evitar las grandes transgresiones (ayunos prolongados, dietas desbalanceadas cualitativa y cuantitativamente...), y corregir hábitos insalubres, teniendo en cuenta el contexto de integración de la persona y siempre bajo supervisión medicodietètica. Esta supervisión tiene un carácter riguroso y científico, y lejos de muchas de las plataformas de propaganda y modos circulantes de hoy en día que no tienen suficiente respaldo o criterio.