Casi todos somos conscientes de que fumar, llevar una vida sedentaria o seguir una dieta malsana constituyen factores de riesgo para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, pero pocas personas conocen la asociación entre trastornos del sueño y riesgo de este tipo de enfermedad. Estas alteraciones en el síndrome apnees del sueño son las más importantes. Las personas con apnees realizan pausas respiratorias repetitivas de más de 10 segundos mientras duermen. Es común en la población general, pero mucho más en las personas que padecen ciertas patologías cardiacas. Eso es porque esta asociación? ¿Qué es la causa desordenes y cuál es el resultado?
En condiciones normales, durante la mayor parte del tiempo de sueño, aumenta el tono vagal del organismo. En esta situación, el sistema nervioso realiza una influencia frenadora, poniéndonos en una situación de reposo, lo que significa que reducirá el metabolismo y producirá disminuciones en la presión arterial y el ritmo cardíaco, que a su vez facilitan y disminuya el trabajo cardíaco durante largos períodos de reposo nocturno.
En las personas con apnees obstructiva del sueño, el colapso del aire en el momento de la apnea del sueño resulta en movimientos de la caja torácica, que a su vez causan cambios importantes de presión en el interior del tórax, que se transmiten al corazón. A medio plazo, la reiteración de estas oscilaciones hemodinámicas acaba de generar un exceso de trabajo cardíaco que tiene consecuencias negativas. Se pierde, además, la acción vagal (de reposo) del sistema nervioso, para que el sistema cardiovascular, activo durante todo el día, no descanse ni una noche. Y este hecho tiene consecuencias...
Varios estudios han demostrado que tener apnees es un factor de riesgo de desarrollar la presión arterial alta y la insuficiencia cardíaca. Además, entre las personas con hipertensión resistente a la medicación, un alto porcentaje tiene apnees, y la corrección de estos apnees permite un mejor control de las cifras de la presión sanguínea. Por otro lado, en pacientes que ya padecen cardiopatía, la presencia de apnees nocturnas está sesgada a un mayor riesgo de eventos cardiovasculares, como infartos de miocardio, durante la noche. Finalmente, también se ha encontrado una fuerte relación entre la presencia de apnees y la ocurrencia de arritmias, como el receptor de fibrilación auricular. Por lo tanto, en pacientes diagnosticados recientemente de arritmias es recomendable considerar la posibilidad que hay una patología del hijo como disparador del problema del corazón.
Es importante prevenir y reconocer el síndrome del apnees. La obesidad es el factor principal predisponentes. La familia tiene un papel fundamental en la detección del problema, puesto que el paciente no es consciente de estas pausas respiratorias. La mayoría de las veces son hombres, con sobrepeso, que ronquen, no tienen una buena noche de sueño, y tienden a quedarse dormidos durante las actividades diarias durante el día. Por lo tanto, al diagnosticar no sólo la mejora de su salud cardiovascular, sino también su calidad de vida.